Ciclos.

Respiro hondo, dejo escapar un suspiro, y me pongo a pensar que esta ocasión es la buena. ¿Para qué me agobio con las evidencias? No; esta vez es la buena. Irreductiblemente, es la ocasión que he estado esperando desde que abrí este blog. Así que trato de estar optimista. Sonrío.

Respiro hondo, dejo escapar un suspiro, y me doy cuenta de que estoy que me cago de miedo. ¿Para qué le doy vueltas a un episodio que sé exactamente cómo terminará? Van a pasar algunas semanas; me pondré impaciente, preguntaré puerilmente '¿cuánto falta?'; obtendré cualquier cosa, menos una fecha exacta. Me encabronaré, y seguiré como hasta ahora.

Respiro hondo. Le doy vueltas y vueltas al mismo asunto, me hago más o menos las mismas chaquetas mentales de siempre, y trato de hacer algo para distraerme. No funciona. Mis pensamientos vuelven al primer párrafo, y el ciclo de la lavadora se repite, hasta que el sueño me vence, y entonces sueño contigo.

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