Páginas blancas.


En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere.
—Julio Cortázar.



A cualquiera le dan miedo las páginas en blanco; y con justa razón. Tanta blancura, tanto por hacer, el pensar que incluso las grandes obras de la humanidad fueron alguna vez una página en blanco, es para por lo menos, agobiarse ante su presencia. Como el resto de los monstruos que habitan esta bitácora, las páginas no sólo se conforman con presentarse ante mí como un inmenso muro en el cual vertir las ideas a modo de peldaños. No. Gustan además, de burlarse de mí y mis peroratas, mostrarse impacientes ante mis vacilaciones, y después esconder la mano, pero con los ojos mirando al mismo lugar del horizonte, y silbando siempre una misma melodía...

Lecturas

El paraíso, lo prefiero por el clima; el infierno, por la compañía.

—Mark Twain



Quisiera creer que los monstruos no tienen dos cabezas, sino que simplemente son duales, como una forma metodista de alcanzar el equilbrio. Y es que ni siquiera mis mounstros son perfectos. Todos ellos guardan para sí una parte de ese misterio, que lejos de reducirles su ontológica mostrosidad, dejan con la precaria sensación de que tienen un motivo desconocido para hacer las cosas.


Otra vez

Y tal vez, para este día tenía un montón de cosas que decir. Tenía ganas de llamar esperanza a la necedad, tenía ganas de llamar paciencia a la pusilanimidad frente al hastío, tenía ganas de creer en la ontología del universo.

No estoy bien seguro si ese haya sido justamente mi error. No sé si valga la pena el que por querer quitar un plato de hasta arriba, se me haya caído encima toda la pila, y además sentirme culpable por ello. Vaya, que ni siquiera sé si debería buscar, dar, ofrecer o escuchar explicaciones. Sólo sé que hay veces en que el opio de querer creer, y que en momentos muy desesperados uso para mitigar mis pequeñas o grandes, obsesivas o simplemente imaginarias dolencias, me consume bastante más de lo que puedo soportar. Las razones sobran cuando la razón no se digna en aparecer... :S

3

Y volvemos a donde comenzamos. Originalmente un florido palabrerío habitaba esta entrada. Pero, la tormenta a veces tiene la virtud de limpiarlo todo.

Otra vez quiero creer que florecerá de nuevo. Sin embargo, por ahora sólo me queda retirar las espinas de esta entrada. :S

Duh

Pues así es esto de los post...

Otro día.

Y sí. Quizá sólo estemos evitando el cierre de este sitio. No es que no tenga nada que contar. Es sólo que no sé cómo empezar. xP

Entrada 2

Y sí.

El coyote, el correcaminos.

Bueno, está visto que hay veces en que uno no puede sentarse simplemente a esperar a que las cosas sucedan. Hay que empujar un poco, en ocasiones. Hay cosas que he venido postergando una y otra vez, y ha llegado el momento de salir del reducto en el que el miedo al fracaso a veces me somete. En realidad, no puede ser tan malo. Hay ocasiones en los que uno busca sin saber qué es exactamente lo que quiere encontrar. Temo que me ocurra lo que al protagonista de El Dinosaurio, de Monterroso. Despertar, y que el dinosaurio siga allí, y que nos quedemos mirándonos, como preguntándonos ¿Y ahora qué?