Mudanzas

Qué difícil es mudar a las personas al oscuro territorio del recuerdo. Es un duelo enorme, un zarzal de sensaciones y sentimientos encontrados. Algunas de ellas tenían un nombre, del que sólo quedan jirones en algunas de las ramas. Otras tenían rostro y oficio, de los cuales apenas queda el sutil aroma de sus intenciones.

Qué difícil es la construcción de la memoria. Puede llevarse uno la vida en ello y nunca queda del todo terminada. Mover a las personas al espacio negativo que grita lo que ya no está, implica todo un gasto de energía, de paciencia y de perdón con uno mismo. Implica honrar las razones por las que se fueron, por más que nos hayan parecido injustas o arbitrarias. Implica dejar que florezcan en la tierra de sus elecciones e imaginarlas desde lejos. Implica saber que la fragilidad no siempre es un recurso compartido.