De musas.

Y de nuevo, sentí el llamado de la musa. Así que decidí ponerme creativo, para que me encontrara trabajando. Llegó el día, y la ví con casi la misma ilusión de siempre. Pero algo andaba mal. No había en su mirada el brillo de las ocasiones anteriores. Me pregunto si algo hice mal, o si ya no sé interpretar su toque por la espalda.

El tema es que dudé. Todo el tiempo dudé. Sentí la musa a mis espaldas, acariciando mi hombro, y juraba que la tenía conmigo. La quise tomar de la cintura, pero en eso se esfumó. ¡No! ¡No podía ser! Meses esperándola, y no podía simplemente desaparecer. Así que desesperado, corrí tras ella en la más profunda de las oscuridades urbanas. En eso tropecé, y caí. Caí por segundos que me parecieron interminables, y justo antes de darme contra el piso, desperté sobresaltado, y algo confuso.

A la mañana siguiente, y asumiendo que quizá todo fue un sueño, me preparaba un café cuando recibí un SMS. La musa confirmaba haber estado allí. ¡Qué mal! :(

0 comentarios: