Instantáneas

Borges solía decir que uno no extraña los lugares; que la mayoría de las veces allí siguen, como si nada. Lo que se echa de menos es el momento que los hizo especiales. Que uno no extraña los lugares, sino los tiempos.

Creo que he compartido ya bastantes veces mi historia con diferentes personas. Suelo hacerlo desde el duelo; sea que esté despierto en forma de rabia, o dormido en forma de resignación. Pero por casualidad pude contarle a alguien todo mientras le señalaba los lugares —que como decía Sábato—fueron testigos de un instante de perfección. El café, las bugambilias. La banca de madera. La ruta hacia el restorán que está junto al jardín. Los lugares donde estacionaba el auto cuando llevaba flores. La esquina donde nos vimos por última vez.

Yo solía ser de esas personas que dicen no arrepentirse de nada. Supongo que la vida cambia, y que quien se queda varado en el lugar (o más bien el momento) donde puso sus expectativas es uno.

0 comentarios: