Princesas

Hay días en los que me visitan los recuerdos de princesas que habitan esos cuentos con capítulos de 140 caracteres que ni siquiera me sabía.

(I)
La princesa llegaba tarde a todas partes. Se quedaba un momento y luego se marchaba. No dejaba más rastro que su olor impregnado en tu ropa.

(II)
Aparecía y desaparecía silenciosa por la casilla de cada recuerdo que tenía vigente sobre un interminable tablero de serpientes y escaleras.

(III)
Vertía en cada una algún recuerdo nuevo sobre este viaje que terminaba al visitar de nuevo el lugar que había servido como punto de partida.

(IV)
Soltaba entonces su cabello y se tumbaba en el sofá mientras destapaba una cerveza y miraba a sus serpientes devorarse al conejo de la luna.

¿A ustedes no les pasa que colocan una coma en el instante que se les acaba el aire en vez de colocarla en el sitio exacto donde debería ir?

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