60º

Sé muy bien que no funciona; pero en esas ocasiones donde intento pretender que no me haces tanta falta, no me agobia la distancia sino el tiempo: como cada vez que viajas a un futuro no tan lejano como para darte atisbos de destino, pero sí lo suficiente para mirar el amanecer antes que yo, y contarme el final de un película que hemos visto muchas veces.


El asunto no es que vayas y vengas, sino todo el tiempo que te llevas contigo en el trayecto. Me haces sentir como la manecilla pequeña, girando lentamente, esperando el siguiente momento en que nos toque coincidir.

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