Ícaro

Quisiera contarte cómo me siento
hallar las palabras exactas, el modo perfecto.
Pero callo como callan las luces de día
cuando tímidas, saben que es poco lo que alumbran.


Estaba en las nubes, así que nunca me detuve a pensarlo. Tuve miedo siempre, pero incluso seguí aleteando hacia arriba, a la espera del inevitable derretir de la cera de mis alas. La caída fue tan cruel que en vez de matarme de golpe, fue haciéndolo por episodios.

Al pie del pedestal donde alguna vez estuve, y mirando el smog que ocupa el lugar de las estrellas, te regalo el testimonio de algunos de mis años; una envoltura vacía de los que ya no fueron, dos hojas en blanco con los que no serán. Fue un placer imaginarnos en el cielo.

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