De menos

Sé que no lo parece, pero en verdad te echo de menos. Es cierto que desde un tiempo antes, temí el duro golpe que sería, y estuve tratando de prepararme para que tu partida no doliera tanto. Y realmente funcionó; el escudo que me puse detuvo todo obús, grande o pequeño, inmediato o tardío que apuntó hacia mí. Decidí no quebrarme en ningún momento. Y no lo hice.



Tuve todo el tiempo del mundo. Pude preguntarte cuanto quise. Pude no guardarme nada; secretos íntimos, pataletas infundadas, deseos ocultos, todo. Pude siempre intentar tocar el cielo, fallar una y otra vez, y tener contigo un sitio dónde caer. Pude suponer que esto no duraría para siempre, así que recurrí a tí hasta que no quedó palabra sin decir, suspiro sin exhalar, alegría qué compartir, en fin. No dejé nada pendiente. Pero igual te extraño.


He aprendido a vivir sin tus cuentas chinas, sin tu increíble capacidad manipuladora, sin tu maravilloso entrometimiento, sin tu dile como cosa tuya, sin mi número de teléfono en la 'm' de mijito, sin ese chifonier con más cosas que la caja de Pandora. Pero en este preciso instante, hay decenas de cosas que me haría mucho bien poderte compartir. Yo sé. Es medio egoísta decir que me encantaría que estuvieras aquí sólo porque te necesito; porque no me hacías sentir sólo protegido; me hacías sentir invulnerable. Porque siempre sabías ver que todo había valido la pena. Por un montón de razones que no terminaría de describir aquí.


Te echo mucho de menos, Virginia Angelina. Me quedo con lo mejor de tu legado, tu consejo, tu sapiencia y tu dulzura. Como dije, no tengo nada pendiente contigo. Es sólo que extraño el que siempre tuvieras no sólo una respuesta, sino la respuesta. Extraño que fueras verdad entre la realidad y la magia. Extraño todas las cosas que tus abrazos traían puestas. xP

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