Razones

Hay muchas formas de ver el mundo. Lo malo de ser racional, es que a veces la razón es abrumadora. La imaginación puede ser una salida, pero requiere la dosis exacta para ser un bálsamo y no terminar convirtiéndose en un opio que a la postre te consume. O cuando menos te aparta.

Imaginación y realidad fluyen en ámbitos paralelos que a veces se tocan. Imaginas demasiado, y la realidad aparece puntiaguda y filosa. Razonas demasiado, y la imaginación se aparece por allí, haciéndote creer que todo es posible, pero recordándote sutilmente lo que no tienes. Hallar el equilibrio en eso, es algo más sencillo de decir que de hacer. El hombre racional, se adapta al medio, y se ajusta a lo que tiene. El hombre irracional, pretende cambiar el entorno para que se ajuste a sus necesidades. El progreso de la humanidad, ha dependido siempre de todos esos irracionales que tienen éxito.

Por una vez en la vida, me dispuse a perseguir al hada fluorescente que llevaba rato en mi ventana; desoyendo razonamientos, desatendiendo llamadas de congruencia, y buscando llegar a Nunca jamás. Pero ese país de cuentos siempre estuvo allí conmigo; fue hasta que me obstiné en quedármelo, que se me escapó como el humo.

Ocupé mucho tiempo en tratar de entender, de entenderme, y quizá de perdonarme. Quedan muchos nudos en mis ataduras; no desenredo aún el primero, pero por esta ocasión, me siento con la capacidad de hacerlo. Quizá no resuelva nada con ello, quizá no termine nunca. Pero en este momento, eso me pone contento. :) Un pájaro no canta porque tenga una respuesta. Canta porque sabe una canción.

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