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Siento que ya conté esto como un millón de veces, pero sucedió más o menos así: hace 10 años, (cuando los blogs aún tenían cierto auge, y hasta había un término llamado «blogósfera») me entusiasmaba hacer plantillas para blogs. Y como la mayoría se hacían dentro de la misma página (blogspot, o wordpress), pues me abrí muchísimos blogs para tener en dónde experimentar.

Hace diez años, se me ocurrió hacer un pequeño texto para ver el formato de la entrada (antes usaba el Lorem Ipsum), y sin querer lo dejé allí. Y luego vine y puse otro, y luego otro, y luego otro más. No podía comenzar de un modo más fortuito. Como las grandes historias, pues.



Quiero mucho a este blog. Hubo temporadas en las que escribía en él de manera regular, hubo otras en las que lo abandoné muchísimo. Y volvía disculpándome con él. Debe haber tres o cuatro entradas hablando de ello. Dándole las gracias por seguir aquí, por ser un lugar de paz, desahogo y autoconocimiento. Por ser —quizá sin pretenderlo— uno de los pocos lugares en los que todavía me siento libre de escribir cómo y lo que se me da la gana.

Y es que durante no poco tiempo me valí de metáforas, analogías y todas esas pendejadas que uno hace con tal de no sentirse vulnerable, sí, pero también porque los pensamientos tardan mucho más en fraguar que las palabras. Acudí a este lugar como celebración y como refugio incontables veces, y eso lo fue volviendo la más fidedigna de todas mis bitácoras. También muchas veces me pregunté (y me preguntaron) qué necesidad había de poner todo esto en internet, al alcance de cualquiera, si un documento de texto o una libreta podían hacer igual de bien el trabajo de servir como registro. La razón, sigue siendo tan simple como la primera vez: estando en internet, puedo venir desde donde quiera, y cuantas veces quiera. Puedo escribir desde mi teléfono, dado que la tecnología ya lo permite. Por lo demás, escribir implica siempre el riesgo de ser leído. Empezando por mí, y siguiendo por quienes por alguna razón u otra han encontrado que este sitio no es secreto ni está oculto, pero que tampoco me gusta anunciar o promover. Quiero dejar que esta bitácora —aunque pública— siga siendo tan íntima como la primera vez que me senté a escribir en ella.

Diez años de mostrospersonales. Diez años de encuentros y abandonos, de experiencias de todos tipos y sabores. Diez años de dejar un pedacito de mí en internet, como quien escribe una carta en una botella y la deja perderse en el mar. Quiero mucho a esta bitácora por todas las veces en que me ha salvado un poco, pero también por las veces en las que hemos sido libres. Ustedes que de casualidad me leen, sepan que mis monstruos y yo tenemos una fiesta abajo de la cama justo ahora. Hemos aprendido tanto, que ya podemos contarnos las heridas que cerraron y las puertas que se abrieron.

Feliz cumpleaños, blog. Seguimos caminando.

5 comentarios:

Armando Colina dijo...

Y mientras habremos personas que seguiremos aquí para leerte y sentirnos identificados con lo que escribes, no estas solo.

Oscura Tentación dijo...

Parafraseando a un genio, diré que "escribir es desnudarse, pero sólo para quien sabe leer".
Gracias por permitirnos enfrentar demonios dolorosamente conocidos al verlos retratados en sus letras.
Lo abrazo. Siempre.

Genrus dijo...

Muchas gracias, Armando. Esta bitácora es también un lugar oscuro al que a veces sólo vengo a dejar cosas que me pesa cargar bajo la luz. Es bueno saber que no se está tan solo.

Genrus dijo...

Gracias por leer, Oscura tentación. A veces, sólo hace falta mostrarse con todo y demonios para saber que el infierno es un lugar... más chico, sí, pero también más acogedor de lo que solemos contemplar.

mr dijo...

Es eso exactamente una bitácora de vida, un lugar donde a veces dejamos sentimientos que el día a día hace que olvidemos, yo regreso a ellos para enfrentarme o simplemente para volver a sentirlos. Muchas muchas gracias.