Soliloquios

La gente práctica suele decir con justa razón: "Si no está roto, no lo arregles". Desde luego yo no soy gente práctica, así que me puse a arreglar mi blog.

—¿Es acaso una nueva actitud? ¿Decidiste al fin romper con las ataduras del pasado?
 Por supuesto que no. Me puse a arreglar el blog, no mi vida.

—¿Son cambios de forma, o de fondo?
Un poco de ambas. Bueno, no. Si con "fondo" nos referimos a la estructura del XML de las nuevas plantillas de Blogger, sí. Si nos referimos al tipo de cosas que escribiré, definitivamente no. De hecho la apariencia no cambió gran cosa.



—¿Entonces no piensas dejar de escribir en la misma tónica que lo habías venido haciendo?
 ¿Para qué ser conciso cuando puedo ser inconexo? Claro que no. Abrí este blog con un propósito MUY específico hace un par de años. Mis complicaciones tienen otros nombres, pero siguen siendo las mismas.

—¿Puede entonces decirse que es la misma gata, nomás revolcada? 
De hecho es una gata completamente nueva, a la que sistemáticamente me puse a revolcar para que quedara muy parecida a la anterior, aunque desde las nuevas variables de blogspot.


—¿Seguirás hablando solo?
Seguramente haré lo que hago justo ahora: sostener conversaciones conmigo mismo. Claro que puede pasar que alguien llegue aquí por error, pero nada como para interrumpir el soliloquio. Pasará como siempre; el fortuito lector atará los cabos que quiera atar, y supondrá lo que mejor le parezca. Por mí, está fantástico.


¿La verdad? Ponerme a hacer limpieza es algo que me calma la ansiedad. Si algo adoro del código, es que una vez que le encuentras el modo, las cosas suceden exactamente como uno quiere. :)

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