Réquiem

El 2008 está a punto de terminar. No puedo decir que ha sido un mal año, pero sí fue uno en el que hice cosas que recordaré especialmente. Fácil no ha sido. He venido sobreviviendo a mis propias fantasías, aunque aún no termino...

Un domingo de boletos, un martes de tulipanes, un miércoles de lienzos y fragancias, un sábado al borde del abismo, un lunes taurino, un viernes de teléfono al ocaso, un jueves de sorpresas deliciosas envueltas en papel color violeta; un martes de regresos, otro de pellizcos y sonrojos, otro de botones de guitarra, y otro más de promesas que nunca dejaron de serlo.

Y así fueron transcurriendo los días; es temprano para llegar a alguna conclusión. No es grato echar todo aquello que me sentía dispuesto a hacer en el ignominioso saco de los hubieras, pero como has venido diciendo desde un principio, es lo que hay.

Al menos será claro qué no hacer con la siguiente página en blanco. Sé que te hacen ilusión. A mí me siguen dando algo de miedo, pero a esta ya no le cabe más así que también espero que mi propia próxima sea más limpia y menos complicada.

De cualquier modo, buena suerte. :)

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