Escribo. Escribo para ti. No importa que no te enteres, no importa que
no me leas. No importa que hayas elegido no ser parte de un esquema en
el que todas mis palabras tienen un me gusta dado por ahí. Yo te
escribo, te recreo, te reconstruyo. Le doy a mi memoria algo en qué
ocuparse. Le doy a mi renuncia un golpe en la boca del estómago. Una
vuelta de tuerca a todas las historias que me aprietan las orillas.
Escribo.
Escribo para ti. Escribo porque sí. Porque existes, amén de los
caprichos de la vida. Porque eres una manera de tocar todo lo que se
antoja imposible. Porque sabes a café y a libros nuevos. Porque no tengo
manera de renunciar a lo que siento. Porque sigues sucediendo, porque
no quiero que te acabes. Porque me haces mucha falta, y con algo tengo
que decirle a la distancia que ahorita no me esté chingando.
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